viernes, 10 de febrero de 2012

Wolfskhel y el suicidio inconcluso

Era invierno. El famoso invierno alemán de 1908. Ottilia Meiers no paraba de recibir cartas de amor de él, su apasionado candidato, pero ella tenía otros planes para su vida. Prefería comprometerse con un acomodado industrial antes que con un obsesivo (pero apasionado) matemático. La noticia del rechazo fue para Paul Wolfskhel la peor de todas. No pudo soportar semejante dolor y tomó la decisión de acabar con su vida. Como buen matemático que era, planeó todo a la perfección: se pegaría un tiro en la cabeza el Lunes 10 de Diciembre a las 0 horas. En los días previos dejó todo acomodado: testamento, trabajo, etc. Fue tan eficiente que terminó los quehaceres presuicidio ese mismo Lunes al mediodía. Como buen obsesivo que era, había planeado suicidarse a las 0 horas y los planes se hacían para cumplirlos. Así es que se sentó a esperar que llegue la hora leyendo un libro de Teoría de Números. En particular, de la historia del último teorema de Fermat. Y como tenía tiempo intentó una demostración. Y como era buen matemático, logró demostrarlo para un caso especial (el número 7). Y se sintió realmente felíz por ello. Tanto que decidió posponer su suicidio para otro momento y dedicó el resto de su vida a intentar una demostración más general del gran teorema de Fermat.

jueves, 9 de febrero de 2012

La pasión según Evariste Galois

Murió por su amada en un duelo contra un oficial del ejército. Tenía 21 años. Y en tan poco tiempo cambió para siempre el rumbo de las matemáticas.

Evariste Galois nació en 1811 en la ciudad francesa de Bourg la Reine y a los once años ya demostraba tener capacidad para las matemáticas. Mucha. Demasiada. Tanta que en plena adolescencia creó la Teoría de Grupos y, así, cambió la forma de razonar el álgebra y de trabajar con operadores y conjuntos.

Pero él tenía una pasión tan grande aún como la matemática. Se llamaba Stephanie Poterin du Motel y era apenas unos años más grande que Evariste. Y era su amada. Su musa inspiradora.

Evariste vivió sus dos pasiones con la misma intensidad que duró apenas unos pocos años. Porque descubrió que Stepahnie tenía un amante. Y no pudo soportarlo. Y su pasión le hizo tomar una trágica decisión. Stephanie sería para él o para nadie y entonces lo batió a duelo. No había otro modo en el espíritu de Galois. A todo o nada.

El 30 de Mayo de 1832 el oficial Pecheux d´Herbinville, con un certero disparo al abdomen, le dio ingreso a la inmortalidad.

En su epitafio se lee: “sin saber aún si la pasión es racional o irracional, pero con la certeza de que has sentido y has vivido”