Era la primera mitad del siglo XVII.
El era un abogado frances que se desempeñaba como juez en la ciudad de Toulouse.
En sus ratos libres dezplegaba su facinación y su lúcidez garabateando teoremas que luego enviaba a los matemáticos de su época (Pascal, Mersenne, Descartes, etc) en forma de desafio para que encontraran las demostraciones.
Aunque no lo crean, ésta vez no hablamos de Carlitos Gauss.
.........................................................................
El era un abogado frances que se desempeñaba como juez en la ciudad de Toulouse.
En sus ratos libres dezplegaba su facinación y su lúcidez garabateando teoremas que luego enviaba a los matemáticos de su época (Pascal, Mersenne, Descartes, etc) en forma de desafio para que encontraran las demostraciones.
Aunque no lo crean, ésta vez no hablamos de Carlitos Gauss.
.........................................................................
Su intercambio de cartas con Blas Pascal fue la única vez que Pierre de Fermat discutió sus ideas con alguien distinto a Mersenne. Lo hizo porque le interesaba sobremanera la invitación que le había hecho Pascal para pensar juntos un tema que éste tenía en sus manos y que era totalmente novedoso en lo que a conocimiento matemático se refería. Hay que decir la verdad: Fermat era un ermitaño, pero no todos los días pasa que alguien lo invita a uno a crear la Teoría de la Probabilidad....así que el gran Pedro accedió.
El problema que Pascal tenía en sus manos lo había recibido de un apostador profesional parisino llamado Antoine Gombaud, que le había acercado un problema surgido de un juego de azar llamado puntos. Gombaud estaba jugando una partida de puntos con otro apostador cuando tuvieron que abandonar el juego por un causa urgente. Surgió entonces el problema de qué hacer con el dinero del premio. La solución sencilla hubiera sido darle todo el dinero al jugador con más puntos, pero Gombaud le preguntó a Pascal si había una manera más justa de dividir el dinero. Le pidió que calculara la probabilidad de que cada uno de los jugadores ganara en caso de que el juego hubiera continuado. El dinero del premio podría dividirse entonces de acuerdo con el cálculo de esas probabilidades.
Antes del siglo XVII las leyes de la probabilidad estaban regidas por la intuición y la experiencia de los apostadores, pero Pascal inició correspondencia con Fermat para descubrir las ecuaciones matemáticas que las describen.
Fermat analizó la pregunta de Gombaud y pronto se dio cuenta de que se trataba de un problema trivial que se podía resolver definiendo rigurosamente todos los posibles resultados del juego y asignándole una probabilidad individual a cada uno.
Contento el buen Antoine con el modelo probabilístico de Pascal-Fermat (en esa época todavía no existían las guerras de cartel, de modo que los muchachos no fueron a lo de Rial a pelearse por ver cual de los apellidos iba primero), se dirigió al otro jugador de puntos y le dijo:
- macho, aca los muchachos me dicen que si seguimos jugando te re gano, asi que hagamosla facil y yo me llevo la guita....